Estudiantes y académicos diferentes, en universidades diferentes
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Estudiantes y académicos diferentes, en universidades diferentes
Si a la distancia nuestros estudiantes fueron capaces de crecer académicamente ahora que tengamos más interacción durante el paulatino regreso al campus, estaremos generando un nuevo tipo de jóvenes, preparados para transformar.
Juan Carlos Silas Casillas
Profesor investigador del Departamento de Psicología, Educación y Salud
Una cantidad significativa de estudiantes universitarios no ha pisado el campus para su formación académica. Los jóvenes que terminaron su educación media superior durante el año escolar 2019-2020 y que iniciaron su formación universitaria en el semestre otoño 2020 llevan 14 meses en confinamiento y habrán tenido 17 para cuando puedan ingresar al campus en agosto 2021. Han tomado clases a través de la pantalla de su computadora y han desarrollado las actividades de aprendizaje que su maestra/o solicita, siguiendo estrictas medidas de seguridad.
Un estudio desarrollado a nivel latinoamericano en diciembre 2020 por un grupo de académicos entre los que se encuentran profesores del ITESO, buscó comprender cómo ha sido la vivencia de los estudiantes de nuevo ingreso en su formación frente a la computadora. Los hallazgos son elocuentes, muestran cómo los jóvenes que tuvieron su primer semestre universitario entre agosto y diciembre 2020 se encontraban inquietos respecto a su futuro estudiantil y eventualmente profesional. Por otro lado, a pesar del inevitable estrés que les provocó afrontar las responsabilidades de un nivel educativo que no conocían en una modalidad que no dominaban, fue llamativo encontrar que reconocen haber tenido aprendizajes trascendentes.
Dentro de los principales hallazgos del estudio están que los estudiantes reportan haber desarrollado algunas habilidades frente a la pantalla de forma igual o incluso mayor que durante las clases presenciales que ellos conocían. 93% lo afirmaron acerca de sus habilidades de trabajo en plataformas web, 84% sobre sus destrezas en lectura analítica, 83% acerca de la autogestión como estudiante, 81% sobre escritura académica, 81% habilidades de estudio y 70% sobre trabajo colaborativo.
Por otro lado, 55% respondió que había logrado aprendizajes que inicialmente no esperaba tener. Entre estos se encuentran muchas menciones a contenidos específicos de algunas materias, sin embargo, hay tres ideas recurrentes que vale la pena reflexionar: 1) distintas formas de aplicar en la vida cotidiana los conceptos que revisaron en sus asignaturas, 2) maneras de vincular los conceptos revisados en una materia con lo que solicitan varias asignaturas y 3) formas concretas de realizar sus trabajos académicos para cumplir en tiempo y forma con lo solicitado. Si ponemos estas tres menciones en conjunto, se puede decir que los estudiantes universitarios fueron retados por el trabajo académico que les solicitaba autogestión y salieron mayormente fortalecidos. Encontrar la manera de aplicar en la vida cotidiana los conceptos, de vincularlos con más de una asignatura y lograr entregar trabajos académicos en tiempo y forma son tres de las grandes características de los estudiantes eficaces. En este sentido, los datos del estudio parecen mostrar que pese al desgaste anímico y las horas de trabajo muy superiores a las inicialmente planeadas (que también emergieron como resultado del proyecto de investigación) los estudiantes han logrado un nuevo tipo de relación con su formación. Sin duda, la estructura de los cursos, las actividades planeadas para favorecer el desarrollo de los muchachos, las interacciones con los profesores y la voluntad colectiva de aprender de esta experiencia y salir fortalecidos, han forjado un nuevo modelo de estudiante.
Un estudiante diferente, autogestivo y crítico, deberá ser apoyado por académicos proactivos, retadores y accesibles. En el ITESO sabemos del reto que eso significa y seguramente, en agosto 2021, tras casi año y medio de trabajar a la distancia, regresaremos cambiados a la presencialidad. Será un encuentro de estudiantes y docentes diferentes, en un entorno formativo diferente.
Nuestro encuentro en el campus será trascendente ya que, si a la distancia los estudiantes de primer ingreso (aunque aplica para todos los semestres) fueron capaces de crecer académicamente, ahora que tengamos más interacción por la necesaria cercanía que propone el campus, estaremos generando un nuevo tipo de jóvenes, preparados para transformar.