Repensar la vivienda para la autonomía de las personas mayores

Con apoyo del Fondo para la Investigación, en ITESO actualmente se desarrolla el proyecto "Laboratorio de Movilidad Reducida y Tercera Edad", liderado por el doctor Alejandro Pérez Duarte Fernández, miembro del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU); en el que también colabora la doctora Fabiola Colmenero y la maestra Emma Urbina, adscritas al DHDU, así como la participación reducida de los doctores Rocío Enríquez y Everardo Camacho, de los departamentos de Estudios Socioculturales y Psicología, respectivamente. 
 

La investigación propone la creación de una base de conocimiento a partir de recopilaciones de casos de estudio que muestran cómo los adultos mayores se enfrentan a diferentes desafíos de su hábitat, y cómo éste le puede ofrecer diferentes oportunidades y soluciones que les permitan mantenerse autónomos por más tiempo a partir de las experiencia en otros países. 

"Si conseguimos prolongar estos años será un beneficio para todos, tanto para el adulto mayor porque va a mantener su calidad de vida, buen ánimo y menor dependencia de su familia; como para la sociedad, pues ésta funcionará mejor cuando se planteen soluciones que extiendan la autosuficiencia de todo este sector de población que está creciendo con mucha fuerza y demanda en México", enfatiza el investigador, doctor en Teoría e Historia de la Arquitectura. 

Actualmente el avance de la investigación integra la recopilación de seis casos el estudio, historias de vida de seis residentes de Guadalajara, a quienes se ha entrevistado, hecho el registro fotográfico de su vivienda y sus planos arquitectónicos. A la par de un trabajo documental de un centenar de casas de retiro en diferentes partes del mundo, el cual da cuenta de cómo algunos países que ya tienen población envejecida, como Japón, han enfrentado este problema con propuestas de viviendas. Toda la información de la base de datos está sistematizada y se espera que en el corto plazo pueda hacerse pública y de libre acceso mediante una plataforma digital, "de tal forma que no solo nosotros sino muchas otras personas puedan consultar, extraer datos de ahí y avancen en otros temas de investigación, y sobretodo de solución". 

La mención del país asiático es bastante significativa en el tema pues se estima que el envejecimiento de la población japonesa superará al del resto de naciones, ya que el país tiene la mayor proporción de población anciana del mundo. Más del 20% de sus habitantes tiene más de 60 años y se prevé que en unas década llegará a representar el 40% de la población total. 

En México, la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2018 contabilizó a 15.4 millones de personas DE 60 años o más, cifra que representa 12.3% de la población total. De acuerdo a proyecciones de la ONU, para el 2025 el 17% de los mexicanos será mayor a los 65 años. 

"Nos estamos envejeciendo, cada vez vivimos más años y esto tiene toda una serie de repercusiones en muchos ámbitos. Tenemos que repensar la configuración de la ciudad y la configuración de nuestras viviendas", señala el académico. 

El informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), "Ciudades globales amigables con los mayores", señala que las metrópolis deben adecuar sus estructuras y servicios para que sean accesibles e incluyentes con las personas mayores con diversas necesidades y capacidades. Espacios al aire libre, edificios con instalaciones, transporte respetuoso, accesible y seguro, una vivienda que facilite la autonomía, oferta de actividades y eventos, mejores opciones de empleo, estrategias de comunicación inclusivas y oferta de servicios de salud son parte de los aspectos determinantes de estas ciudades. Aquí cabe mencionar que en México, San Agustín de Tlaxiaca, Hidalgo se incorporó a la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Adaptadas a las Personas Mayores, y Guadalajara en 2016.  
 

Desde el panorama global y ante la contundencia de las cifras nacionales es palpable la necesidad imperativa de cambiar la manera de pensar las ciudades, cómo nos movemos y habitamos en ellas. El gran objetivo de investigaciones como esta es transformar las maneras de pensar a partir del conocimiento y que este influya en la creación de normas, directrices, reglamentos y políticas. 

"Me apasiona pensar que estoy trabajando con un tema que voy a tener que enfrentar en unos años: la vejez. Independientemente del punto de vista académico, es un tema innovador en América Latina y me hace pensar que estoy hablando de mí mismo, de mis padres, mis tíos, mi familia", reflexiona el académico.  

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