Jonathan Álvarez se tira un clavado con “Duva”

Édgar Velasco 

En junio de 2021 el clavadista Germán Sánchez, mejor conocido como “Duva”, recibió un cubetazo de agua fría: una lesión de rodilla lo bajó de la plataforma mientras buscaba hacerse de un lugar para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que habían sido pospuestos debido a la Covid-19. Esta lesión se sumó a unas previas y parecía ser la que sacaría al atleta de la alberca. No fue así: la memoria de las medallas obtenidas en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016 fue el combustible que empujó su rehabilitación y lo llevó a buscar un lugar en París 2024. La búsqueda tuvo un testigo diferente: Jonathan Álvarez, quien con su cámara acompañó el trabajo de Sánchez con la mira puesta en la justa olímpica, historia que se cuenta en Duva, largometraje documental incluido en la sección “Hecho en Jalisco” de la edición 40 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara. 

“Cuando yo lo conocí [a “Duva”], él apenas podía correr, mucho menos echar clavados. Pero él decide dejarlo todo de lado para aspirar a una última medalla después de 20 años de carrera”, dice Álvarez, director del largometraje documental y estudiante de la Licenciatura en Comunicación y Artes Audiovisuales del ITESO. A lo largo de 80 minutos el documental, comenta el realizador, busca responder si el clavadista va a llegar o no a cumplir el sueño antes de retirarse. 

Una de las grandes preguntas de fondo del documental tiene que ver con las motivaciones. Y es que, como tantos atletas de alto rendimiento, el “Duva” Sánchez debe centrarse completamente en su preparación, dejando a un lado a su familia y muchas otras cosas. “Es un giro que hay en el tema de la película, que tiene que ver con cómo a veces nos enfrascamos tanto por estas metas, que incluso cabe abrir la pregunta de si son nuestras metas o son las que tiene la gente para nosotros y que, por perseguirlas, dejamos de lado otras cosas importantísimas”, dice Álvarez.  

Duva surgió como un proyecto escolar y se desarrolló a lo largo de un año y medio. Álvarez dice que decidió inclinarse por el documental luego de tomar clases con cineastas como Alana Simões, Carolina Platt y Dany Silva, cuyo estilo cinematográfico “me hizo sentir más atraído por el documental que por la ficción. De forma casi inexplicable se me ha dado y he podido explorar temas más interesantes que lo que he podido hacer en la ficción”. 

Con el proyecto andando, una amiga de Paulina Cázares le dijo que un amigo estaba haciendo un documental y que necesitaba alguien que se hiciera cargo de la producción. “Jonathan iba conociendo a Germán [Sánchez] y me dijo que necesitaba a alguien más en el equipo. Mi labor más fuerte ocurrió casi terminando la producción y se enfocó en la posproducción”, explica la también estudiante de la Licenciatura en Comunicación y Artes Audiovisuales. El equipo se redondeó con la incorporación de Diego Govea (edición), Ricardo Flores (sonido), Francisco Rocha (color), Luis Alfredo Pérez y Marco Barbosa (música original), todos ellos del ITESO. “Fue un proceso de aprendizaje para todas las partes involucradas”, dice Cázares. 

El realizador acompañó al clavadista a lo largo de todo 2023 y la posproducción se realizó en 2024 en los laboratorios del ITESO, cuyo apoyo, menciona la productora, “fue fundamental”. Por su parte, Álvarez señala que tuvo la ventaja de poder trabajar en esta iniciativa a lo largo de los tres semestres del Taller de Desarrollo de Proyectos Creativos, encabezado por Vicente Addiego, coordinador de la carrera.  

La académica Alana Simões explica que se trata de “espacios donde las y los estudiantes atraviesan todo el proceso de creación de una obra audiovisual —puede ser un documental, una ficción o una pieza experimental—, desde la idea inicial hasta el montaje final. A lo largo del taller se trabaja por etapas: investigación, conceptualización, preproducción, rodaje y edición”, y añade que en todas cuentan con el acompañamiento de personas expertas en las distintas áreas de la producción cinematográfica. Este modelo, continúa, “no sólo forma creadores y creadoras con sólidas herramientas técnico-expresivas, sino también personas capaces de reflexionar críticamente a lo largo de los procesos, que se posicionan frente al mundo y comprenden la responsabilidad que implica narrarlo desde su propia mirada. Cada proyecto se vuelve una oportunidad para afinar esa mirada, explorar nuevas formas de narrar y tomar decisiones creativas con sentido. El trabajo colectivo y la escucha activa de los otros y otras enriquecen los procesos, amplían las perspectivas y fomentan formas de colaboración más sensibles y respetuosas”. 

Álvarez describe como “un sueño” formar parte de la programación del Festival Internacional de Cine en Guadalajara porque, para empezar, “Germán [Sánchez] es muy tapatío, además va a permitir que su familia vea y también otros deportistas”.